jueves, 12 de febrero de 2015

Reivindico un nuevo día en el calendario.

Me indigna profundamente ir a una cafetería y que esta semana me sirvan el café con un corazón de cacao solo porque San Valentín es el Sábado. Todo son corazones y flores. Y mi día del amor por excelencia, además, es el 23 de Abril. Así que no me cuela que nos apropiemos una vez más una fiesta ajena solo para tener la excusa de poder ir al chino de la esquina a comprar corazoncitos en diferentes presentaciones. Recientemente he descubierto que se pueden hacer corazones con materiales insospechados. Hasta las cápsulas de Nespresso valen. Me encanta que estéis enamorados, de verdad, lo celebro (mentira) pero yo necesito San Solterín ya, no sé des de cuando llevo reclamándolo. Mi pobre padre se siente en la obligación de regalarme una rosa para estas fechas. Para que no llore tanto el 14 de Febrero mientras veo por décima vez “El Diario de Noah” y me siento un poco más huérfana después de darme cuenta que además de ser de ese 1% de población que no tiene pueblo, y que tiene que unirse al programa de Aquarius para que un pueblo la adopte (https://www.youtube.com/watch?v=47w_QBDVPDw) me tengo que sentir huérfana otra vez porque no puedo compartir el especial de las cafeterías “Café + Bollo del amor para 2”.


Así que dejádnos vivir esta semana, por favor y gracias. Y si no haced secciones de solteros para poder sobrevivir a esto. Solterines del mundo, podemos! Sabed que sí, una vez pasado el estreno de 50 Sombras, todo volverá a la normalidad. Intentad no ir a las cafeterías, bares y restaurantes estos días, será más fácil para vosotros. No necesitamos una media naranja, yo siempre he sido más de Manzana, que es más cómoda. 


lunes, 2 de febrero de 2015

Cuando seas mayor lo entenderás.

"Cuando seas mayor lo entenderás" decía ella con frecuencia. Nunca supe si era una declaración real o una manera de hacerme callar. Ella siempre ha sido sabia dando consejos y yo nunca he sido concreta, ni de palabra ni de pensamiento.

Hoy sigo sin entenderlo. Si crecer es aprender a despedirse o saber decir adiós. No me gusta decir adiós y sin embargo uso con frecuencia hasta luego o hasta mañana, por lo que pueda surgir. Pero ante la necesidad, si la situación lo requiere "Debes cerrar siempre la puerta con delicadeza porque no sabes cuando la tendrás que volver a abrir" me repite constantemente. Y ya forma parte de mi, porque en mi metáfora constante, me inquietan las puertas mal cerradas, pero tampoco sabría asegurarte el porqué. Los puntos finales a mis etapas deben estar siempre bien escritos. De lo contrario no hay puntos, no hay finales y no hay principios.

Tampoco he entendido todavía si crecer es dejar de sorprenderse, poner punto y final a la infancia y pretender que ya estamos sorprendidos de por vida. Las expectativas son tan altas que lo tenemos todo bien catalogado y etiquetado. Que la decepción supera a la ilusión, claramente. Quizás estoy fuera de fase. Por eso no me impresiona tanto que te aburras de todo tan fácilmente.

Estoy esperando a crecer un poco más a ver si así aprendo a despedirme o dejar de sorprenderme. Y mientras ocurre yo callo y observo absolutamente todo. Y empiezo a darme cuenta de lo grande que es perdonar, que no pedir perdón. Y me sigue sorprendiendo aprender lo evolutivos que somos, casi apenas, sin darnos cuenta.